DIGO
Digo que la poesía me salva
lo digo y no sé bien de qué.
Mientras, la invencible,
me mira y se acerca
con su hilacha de hielo
si cerrada noche
su final de camino.
Ella, la hija de hiena, la carroñera.
Entonces, me desespera una palabra
corro a las letras, me cubro la cara.
Muerdo el sentido de algo que ha sido perdido.
Ella se retira unos pasos
su rígida sonrisa espera inalterable.
Me arde la urgencia de saberme tibia.
Entonces los versos
entonces el canto.
Se aleja un poco más
saca de su bolsillo un papel arrugado
señala un nombre
en su lista de triunfos también están los poetas.
Sólo es cuestión de tiempo
de un juego de días
al gato y al ratón.
Digo, que la poesía me salva
Bendita Sed
Todo es un ir hacia la palabra, una búsqueda del sentido, una sed interminable.
martes, 14 de marzo de 2017
sábado, 13 de septiembre de 2014
Padre
lejos
He
salido a buscarme
en la
memoria antigua de otros pasos de piedra
en
las horas de un hombre que soñaba en mi sangre.
Tras
la palabra padre
habitaba
un silencio que llamaba
un
lugar donde todo era espera
un
saberme ajena a lo que me rodeaba.
El
país que soñaban
la
tierra bendecida con el fruto
los
ojos de esperanza en las manos curtidas.
Sabré
desde que barco llegaron mis nostalgias
mis
imágenes viejas recordadas en sueños
el
color de mi voz cuando pronuncio patria.
En un
rincón de pueblo he visto su fantasma
Él
salió a recibirme para que no me olvide
que
llevo con mi vida
su
nombre y sus errores.
He
vuelto con la parte que nombraba mi ausencia
y con
tanto destino por seguir adelante.
New
Times
Se
caen las horas
Ella
sabe que la piel comienza a abrir sus
grietas
Que
esta noche el sueño traerá recuerdos
que
el viejo que pasa por la tarde con su bici
ya
descansará de espaldas.
Aprendió
de las pérdidas
traicioneras
y prontas vaciando la casa.
No le
teme a la muerte
la
vida le ha llevado más cosas luminosas
los
niños que en el patio jugaban dando gritos
son
silencios adultos, lejanos y ausentes.
Correr
contra la tarde es un acto de guerra
Salir
a abrir el día un gesto de coraje.
El
tiempo nos azota como un viento con hielo.
Ella
sabe que todo se irá sin que lo note
paulatino
y tremendo
la
vida se lo lleva.
La
muerte pobrecita sólo tendrá las sobras
Se
comerá el vacío que nos habita luego.
domingo, 8 de septiembre de 2013
Instántanea
Rayos y truenos iluminan la ventana.
El mundo es un pedacito de alfombra, un café para dos
el agua desmadeja las ramas de los sauces
se filtra por las tejas.
Alguien allá fuera llorará a la intemperie.
Alguien pensará que nunca debió irse.
Sin embargo adentro hay otras tempestades
en ese pedacito de alfombra nos amamos
nos comemos la noche como un fruto maduro
parece que las bocas detuvieran el viento.
En un nudo de abrazos la tormenta termina
el amor es apenas un barquito silente
navegando en los ojos
besándonos las manos.
Rayos y truenos iluminan la ventana.
El mundo es un pedacito de alfombra, un café para dos
el agua desmadeja las ramas de los sauces
se filtra por las tejas.
Alguien allá fuera llorará a la intemperie.
Alguien pensará que nunca debió irse.
Sin embargo adentro hay otras tempestades
en ese pedacito de alfombra nos amamos
nos comemos la noche como un fruto maduro
parece que las bocas detuvieran el viento.
En un nudo de abrazos la tormenta termina
el amor es apenas un barquito silente
navegando en los ojos
besándonos las manos.
Otros Eneros
La nostalgia tiene fotos que nunca han sido rebeladas
rostros inversos en blanco y negro
un espacio vacío de palabras un nombre al que se han borrado algunas letras.
Ese empeño en molestar por las tardes
como una piedra en el estómago que no digerimos porque ya no existe.
Un fuego al costado del río iluminando una sonrisa que amábamos
unos ojos que nos miraban con amor.
Todo esto último en pretérito imperfecto.
La nostalgia tiene fotos que nunca han sido rebeladas
rostros inversos en blanco y negro
un espacio vacío de palabras un nombre al que se han borrado algunas letras.
Ese empeño en molestar por las tardes
como una piedra en el estómago que no digerimos porque ya no existe.
Un fuego al costado del río iluminando una sonrisa que amábamos
unos ojos que nos miraban con amor.
Todo esto último en pretérito imperfecto.
jueves, 12 de julio de 2012
Cobardía
Hace frío
en los brazos del pasado
como hurgar
en un cadáver resquicios de su alma
un fuego
que no quema ahogado por la noche
ese manojo
de sangre que no volverá a la herida
no late,
sólo recuerda su emoción de latido.
Abrazarse
a la mentira de desear lo ya olvidado
como quien
cava su tumba
refregándose
ausencias en un orgasmo de llanto.
Es
fría la utopía de quien ya no combate
de quién
ató palabras en los huesos del tiempo
quién
mutiló sus alas por temor al disparo.
Hace frío
en el vientre que devoró los sueños
ese útero
vació definitivamente
dónde
nadie regresa a buscarse otra vida.
La medalla
del miedo colgando de tu cuello
como cuelga
tu lágrima, tus manos inactivas
tu retrato
sin héroes y los brazos del pasado y ese frío
que no
remedia ahora tu ausencia en la batalla
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