Si todos somos ángeles
si apenas puedo verte las alas
un segundo antes de irte.
No sé decir mi soledad cuando te callas
ni la noche en que caigo de tu boca
hasta la paz de un sueño entre silencios.
A veces, el silencio es la mejor caricia
cuando deja los adioses suspendidos
evitando la herida con su máscara.
El amor es ese instante en que nos tocamos el alma
gestando en el abrazo ese espacio sin miedos.
Todo vuelve a evaporarse
cuando crecen nuevamente tus alas
y te vas
llevándote en un vuelo de ángel
la soledad que no podía decir
y el silencio
que me acariciaba la herida.
:) que sincero se siente al leerlo.
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