domingo, 22 de noviembre de 2009

Tormenta



Que importa que la lluvia caiga

a cataratas de furia
desnude primaveras

arrecie los tinglados.


No importa tanta gota

aunada en remolinos

naufragando barquitos

botellas o zapatos.


Si esta lluvia es la misma

que cayó otro verano
reciclada en las nubes

recuerdos de cabellos

espaldas, pies y manos.


Me lastima la otra

que llueve la memoria

sutil llovizna helada

mojando todo olvido

persistente, tenue

inundando por dentro

cada dique del alma
cada frágil defensa
construida en palabras.


Si el dolor nunca escampa

qué importa que allá afuera

los cielos se deshagan.