martes, 29 de septiembre de 2009

A tiempo


Huye de mí antes del alba

de mis silencios

con sus mortajas leves

y su naves partiendo al infinito.


Aléjate del fuego de mi noche

que devora papeles, piel y tiempo

sin dejar ni un rastro de ceniza.


Evade la tortura de mi boca

que desgrana las frases más perversas

y los pactos más dulces para siempre.


Escapa de mi sangre, mis caballos

sus nostalgias azules, sus neblinas

cuando aúllo a la luna y soy sombra

una lágrima rodando entre los pinos.


Huye ahora

que aun no has penetrado

la sutil resistencia de mi carne

ni la cueva del alma

donde grito aquello que no nombro.

Y si aún no te has ido

cuando el albate dibuje a mi lado todavía

será el amor infalible con su trampa

ya no habrá huída

ni piedad

ni adiós.

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